martes, 22 de septiembre de 2015

Jazzsexual

Sólo había murmurado "con unos amigos", cuando me preguntaron a dónde iba, sólo es que no quería dar explicaciones, ni quería contestar preguntas. En todo el día me había preparado para ese encuentro, guarde unos condones en la bolsa y salí. 
Estaba predispuesta, a que sí me sentía atraída por él, y a la señal de su provocación, iba a ser una tarde que disfrutaría, un momento para salir de la rutina, y olvidarme de las obligaciones, ese era mi cometido, sólo por el placer de seguir viva. 
Me senté en una banca, esperando, había llegado temprano, y me puse a leer, sin embargo no podía estar tranquila pensando que él llegaría y que yo no estaba poniendo atención, llegó la hora acordada, pasaron unos minutos y la intranquilidad creció, recordaba que era puntual, pero no sé, quizá aún se confunde en la ciudad. Pero si quedamos que en el jardín grande! y si quizá pensó que era otro... mejor me relajo y me fumo un cigarro, si al terminarlo el no ha llegado, me voy!. 
Se consumió el cigarro, y me levanté a dar una vuelta al jardín, vi de lejos a alguien que se le parecía de espaldas, atravesé la avenida y fui directo, pero antes de llegar vi que no era él. 
En ese momento recordé que a unos pasos de ahí, habría un evento de Jazz, me acerqué y escuche unas tonadas, entré, y la gente ya estaba acomodada. Y así la primer canción que sonaba, me puso una sonrisa, melodías tan sensuales, que desfilaban miles de imágenes sexuales en mi mente, volví a sonreír, y a llenarme de energía. El siguiente sonido era más profundo que cualquier penetración, sólo podía sentirlo en las entrañas. Cualquier provocación del saxofón y de la guitarra, era placer para los oídos, para el cerebro, para el alma. Hubo una melodía que me hizo llorar de felicidad, esto era más personal que cualquier sexo que hubiera podido tener hoy. Terminé con una fiesta en la panza, con una sonrisa, y con unos condones de regreso.
Al final había logrado más que mi cometido.

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