lunes, 5 de octubre de 2015

Así se pasa la vida

El acurrucarse por las mañanas, cuando el frío esta afuera y sólo te quieres mantener en la pequeña cueva de las cobijas, tener el olor de café en la nariz, la tierra mojada, y el pasto recién rociado, acariciar al gato el tacto suave del pelo, el roce de la falda en las piernas recién depiladas, el agua fría pasando por la garganta cuando se tiene mucha sed, abrazar los rollos de tela, meter las manos a los sacos de frijoles, estar en carretera y tratar de tomar fotografías mentales, los atardeceres con humo de cigarro, descubrir un nuevo detalle del mundo, tararear una canción desconocida, la sensación de alivio después de reírse, el dormir profundamente después de volar, dejar el agua correr entre los dedos, las primeras cucharadas de los helados, el aire fresco que pasa por los pulmones, el identificarte con un desconocido, ver la pasión de la personas, dejar que los sonidos de la música hagan eco en la cabeza, comer lo que tanto se te ha antojado, la risa contagiosa, la lectura que da alas a la imaginación, el ir al baño después de aguantarse las ganas por mucho tiempo, sentir la lengua de otra persona dentro de tu boca, descansar los pies cuando se ha caminado mucho, observar las noches estrelledas y las inmensas lunas, darse largos baños, y despertar el gusto por las pequeñas cosas.

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