sábado, 4 de enero de 2014

La que había sido una chica guapa

Había estado fuera de la ciudad cuando ella murió, me dijeron que aquella que había conocido, que hace años vivió una temporada en mi casa, habían encontrado su cadáver en un pequeño cuarto la semana pasada, fue el ejemplo de como una vida muy desafortunada había alejado su razón y su mente de aquí, había sido una chica muy guapa, pero su tremenda inseguridad y el autoestima que su madre se dedico a pisotear, la trastornaron. Por aquel entonces ya pesaba más de 100 kilos, era la que te jalaba los cachetes diciendo que te había conocido de niño, así de enfadosa era, reía de la nada y comentaba de todo, entonces ya la seguía un singular aroma muy fuerte y desagradable, por las noches escuchaba música clásica, a gran volumen hasta que dormía. Una tarde me preguntó con esas palabras que arrastraba al hablar, que si estaba embarazada, ja! como si yo fuera a confiar en ella, le dije que no, que sólo estaba gorda, así que sin permiso me alzo la blusa e hizo con su dedo una figura en mi estomago, me dijo que eso me haría bajar de peso... según no se quién... creo que un poder celestial lo haría, así era ella en sus últimos años mística  incongruente, acumuladora compulsiva, mitomana. Ahora la imagino en el pequeño cuarto donde fue encontrada, como una escena de alguna película psycho triller, como parte de una nota del Alarma!. De esas que comen hasta que las venas revientan, de esas que la sociedad tradicional olvidada por su inmundicia, de esas que las hicieron terminar así, esa que me debía cincuenta pesos, de esas que la familia termina negando, esa que había sido un guapa chica.